VENTANAS QUE NO SE ABREN

No es infrecuente encontrarse con hoteles cuyas ventanas son imposibles de abrir. He estado en alguno y sencillamente ni siquiera había ventana sino más bien una enorme cristalera de suelo a techo y de lado a lado de la pared. Me daba un pelín de claustrofobia. En Inglaterra es muy habitual que la apertura se encuentre limitada a unos centímetros en ciertos hoteles urbanos. No sé si tienen miedo a que la gente se tire por ella, a que el huésped huya sin pagar o a que alguien entre en el dormitorio. Hay que tener en cuenta que las habitaciones de hotel inglesas son de no fumadores por sistema, pero la medida no parece enfocada a impedir el vicio del tabaco porque ya lleva mucho tiempo implantada en numerosos hoteles.

Recientemente me hospedé en un hotel portugués con el mismo sistema. Estaba alojado en una sexta planta y aunque la ventana contaba con dispositivo de apertura, el cliente no lo puede accionar. Por cierto que en caso de poder abrirse, la ventana quedaba un pelín baja.

Por supuesto que el riesgo de accidentes se reduce a cero y eso es bueno. Por otra parte, las plantas más bajas quedan alejadas del peligro de que alguien aproveche una ventana mal cerrada para entrar a robar. El que quiera fumar en un lugar así dejará huella imborrable de su conducta, a no ser que lo haga en el baño y con el agua caliente funcionando.

El problema que se me plantea es el de la ventilación. Un dormitorio de hotel no puede estar cerrado permanentemente sin una aireación correcta con aire del exterior. Supongo que las camareras de piso abrirán las ventanas con cierta frecuencia pero no tengo ninguna garantía de ello. Además existen numerosos clientes que prefieren no usar el aire acondicionado y gustan de adaptarse a una temperatura natural que les evite los catarros. Confiar únicamente en la renovación de aire mecánica no es la mejor idea.

Inicialmente el cliente tendría derecho a una habitación cuyas ventanas puedan abrirse y a las que asomarse para ver el paisaje, pero los hoteles tienen sus normas y deberían avisar previamente. Una avería en el aire acondicionado puede ser una auténtica trastada y una calefacción sin piedad y no modificable puede convertirse en una tortura.

Generalmente cuando abandono una habitación de hotel suelo dejar abierta la ventana o la puerta, o las dos cosas, para que el aire circule. No me gustan los hoteles en los que la ventana no se abre y creo que el cliente tiene derecho a saber lo que se va a encontrar. Ya sé que en rascacielos no es lo más conveniente, pero siempre se pueden dar opciones para la entrada de aire del exterior.
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DECORACIONES ARRIESGADAS EN HABITACIONES DE HOTEL

De acuerdo, la mayor parte de las habitaciones de hotel es perfectamente olvidable. Lo que pedimos es un sueño reparador y unas instalaciones satisfactorias, sin florituras excesivas, como esos nuevos baños transparentes que te quitan intimidad aunque estés solo. Luego están las inolvidables pero eso se debe a algo que hiciste en ellas o simplemente a que te salieron gratis, o tenían muy buena vista, o simplemente que eran mejores de lo que esperabas.

Ahora empiezan a proliferar los hoteles con decoraciones arriesgadas. En muchos de ellos cada dormitorio es distinto y en no pocas ocasiones lo que vemos nos puede quitar el sueño. Comprendo que haya empresarios que tengan aprecio por el riesgo y clientes en busca de experiencias rompedoras, pero conmigo que no cuenten. Me basta con un colchón cómodo y un aislamiento acústico de calidad, junto con un baño bien pensado. Me va el diseño minimalista aunque sin pasarse.

Hay que tener en cuenta que las decoraciones neutras pueden servir para todo el mundo y sin embargo las propuestas atrevidas no son para todos los clientes. Otra cosa es que me permitan configurar la iluminación, aunque ya me conformo con que sea posible leer sin linterna, ya que tanto intimismo de moda impide ver hasta la suciedad si existe.

Si el lector va a ir a un "Arthotel" de esos, por lo menos que pueda elegir habitación y que no les adjudiquen la que les toque, no sea que la estancia resulte poco sosegada. Por cierto que por lo menos mientras dormimos no tenemos que soportar los delirios de algún diseñador con ganas de protagonismo. Una cosa es el Arte y otra el placer de estar en una habitación agradable.
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¿HABITACIONES PARA FUMADORES EN HOTELES?

Son muchos los hoteles que se promocionan diciendo que en sus habitaciones me voy a encontrar como en casa. Pues va a ser que no. En casa fumo y en gran cantidad de establecimientos hoteleros no disponen de ninguna habitación para fumadores. Por cierto que en casa tengo gatos y también abundan los hoteles donde no los puedo llevar de viaje si me apetece. Después de todo el hotel puede poner sus normas y si no me gustan me aguanto, pero me lo ponen un poco complicado para viajar.

En varias ocasiones he pernoctado en hoteles con prohibición total de fumar. En unos casos a pesar de no saber previamente sobre las limitaciones y en otros a sabiendas, dado que el precio era imbatible. Normalmente elijo los que me permitan hacerlo en mi habitación. Lo que me extraña es que muchos hayan ido más allá de la legislación vigente y prefieran el espacio 100% sin humo. Normalmente se libran de bastantes problemas actuando así, aunque también incomodan a los viciosos como yo. A veces tengo una terraza donde salir, pero también puede ocurrir que las ventanas ni siquiera se puedan abrir, lo que me obliga a bajar a la calle, donde frecuentemente carezco de un techo que me guarde de la lluvia.

Considero que lo que haga en mi habitación no tiene porqué molestar a nadie y me parece que los hoteles deberían facilitar la vida a sus huéspedes más viciosos sin que por ello se tenga que perjudicar a los no fumadores, por ejemplo habilitando zonas específicas y perfectamente legales. La clave está en la tolerancia y más aún cuando nadie sale perdiendo.
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